Por: Severo Iglesias
El estado del México Nuevo debe saldar dos deudas. La primera: acabar con la ilusión representativa, lo que significa abandonar el poder alienado, es decir, apropiado por otro sujeto social que no es el señalado por la ley, y cobrar nuevo contenido. No se trata de tomar un aparato hecho para unos fines y usarlo para otros distintos, sino de buscar un estado nuevo para un México Nuevo.
La segunda: acabar con la doble banda de la ideología y la acción. El Estado moderno comenzó con la doble banda liberal y concluye con la tecnocrática. El socialismo de control operó como la sociedad liberal: sobre el Estado decía una cosa y hacía otra. Transitó en el absurdo de buscar la desaparición de éste a través de la construcción de un Estado más fuerte que el capitalista. Ambigüedad imaginaria de una baraja científica cuyo anverso prometía el “reino de la libertad” y su reverso suplantaba la vida social por la técnica de control.
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Resolver las ecuaciones de la doble banda enunciadas exige proteger de la simulación a las funciones estatales, impedir su uso para el control social y su manejo como un instrumento. Desechar la tesis de que el Estado es una máquina y, como en todo mecanismo, “su significado lo da el fin que se propone”.
Su nuevo contenido. Concertar los componentes de la vida nacional para fundar atribuciones, equilibrios, mediaciones y armonías y con ellas garantizar un nuevo modo de vida: libre, justo, democrático, culto, sabio, bello, autónomo, digno.
Sus características y funciones:
§ En lugar de ser un poder separado de la soberanía social, el órgano de represión de una clase o centro de violencia “legítima”, ha de ser el plexo organizado de las fuerzas que integran la nación en nuestros tiempos.
§ Su base general serán los Consejos Populares, núcleos organizados, base de la totalidad soberana popular.
§ La organización estatal obedecerá a la posición de las partes que componen la nación, el pueblo y la sociedad.
§ Su unidad se basará en la totalidad de principios de la Constitución con vigencia irrestricta. Además de los tres principios de la soberanía ya enunciados, los que figuran en el artículo 3º: la racionalidad, el humanismo, la ciencia, el laicismo, la cultura democrática y la democracia civil. A los que agregamos hoy los principios de validez, de autoconciencia, de praxis constitutiva y de vida estética.
§ Su fin será coadyuvar al devenir histórico, acomodando contenidos y fuerzas nacionales según las posibilidades de una época y con orientación al porvenir.
§ Los equilibrios estériles de poder buscados por el estado liberal dejan su lugar a la coordinación nacional que garantice la soberanía de México como totalidad.
§ La prevención liberal contra el uso arbitrario de la libertad por la fusión de poderes gira en redondo. Justifica la división de funciones amparada en esa misma libertad de poder. Olvida que la libertad, siendo un fundamento de la vida humana, para no ser arbitraria ha de trenzarse con la justicia social y la democracia del pueblo en el Estado, que debe ser su garante.
Su fórmula: la libertad sin el orden de la ley anula la eficacia de la acción, la justicia sin la libertad se vuelve dictadura, la democracia sin organización es ficción. Sólo su triple mediación las hace efectivas.
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Hoy es indiscutible: el Estado no puede desaparecer. Dada la complejidad que ha cobrado la vida nacional y social, el alcance supranacional de muchas formas de producción y tecnología con sus efectos destructivos sobre el planeta, el crecimiento de la población y las mismas aglomeraciones urbanas fuera de toda proporción, la marcha del mundo exige imperiosamente su conducción autoconsciente.
El problema, en todo caso, radica en establecer un Estado que no suplante a la sociedad, y contribuya a erigir y conducir un nuevo mundo.
Propuesta. Para salir de la triste historia, el Estado del México Nuevo ha de ser el plexo institucional donde se median y trenzan, en armonía y equilibrio, las líneas que surgen de la vida y la praxis de los mexicanos.
Es el núcleo político complejo donde concurren: 1) la expresión de la triple composición del contenido y el devenir histórico; 2) la responsabilidad nacional ante la conservación, protección y engrandecimiento de la vida natural; 3) el modo de organización de las fuerzas que integran la nación, sustentado en la totalidad de principios de su Constitución; 4) la coordinación nacional, que media la libertad, la justicia y la democracia; 5) la capacidad para comprender la complejidad problemática del mundo y decidir conforme a los principios depositados en las tres soberanías: nacional, popular y social; 6) la lealtad a México como parte del mundo con gravedad propia en sí, por sí y para sí; 7) la autoconciencia de su responsabilidad con el futuro histórico y la humanidad universal; 8) el respeto irrestricto a México y a los mexicanos, no como instrumentos sino como fines con validez en sí mismos; 9) la garantía de libertad de acción política, sin subordinación a partido alguno o al monopolio estatal, y el impulso a su ejercicio por todos los ciudadanos; 10) el rechazo expreso a los principios de apropiación y disposición burocrática o tecnocrática, haciendo norma permanente la responsabilidad y la dignidad al servicio de México.
Con tales características como contenido esencial, dicho Estado estará integrado por tres asambleas: la Asamblea Nacional, la Asamblea del Pueblo y la Asamblea de la Soberanía Social.
a. La Asamblea Nacional.
Observación. No hay ocasión para malos entendidos: el Estado-nación dejará su lugar a la sociedad-nación. La jurisdicción soberana nacional se ejercerá con autonomía mexicana, junto con la popular y la social, con los órganos que México establezca para ello. No habrá suplantación de la nación por el Estado.
Deslindadas las características de la nación, sin la fantasía de la integración mundial y la autosuficiencia, las relaciones basadas en el respeto y la autonomía nacionales abren una nueva opción factible con la fundación de unidades multinacionales latinoamericanas. Con participación de capital, personal y organización, para producir medios, equipos, materiales y recursos humanos que impulsen el desarrollo soberano de nuestras naciones.
Los productos de dichas empresas podrán ser adquiridos por las naciones participantes, al costo y sin la superplusvalía apropiada por las corporaciones imperiales. La ciencia de la administración, de la producción y el comercio mundiales hace esto posible, sin las reticencias y temores que los proyectos de unidad regional han suscitado en nuestra historia.
Sobre esta base, la soberanía de México podrá contar con un mercado interior productivo, un esquema de distribución de la riqueza que tome en cuenta las necesidades de los mexicanos, la ecología política y la vida nacional, una base cultural nacional, una nueva infraestructura energética, un nuevo y autónomo campo agrario, un nuevo valor económico, condiciones de vida elevadas, flujos de riqueza y del mercado exterior regulados.
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La institución estatal que coordine los asuntos de interés nacional será la Asamblea Nacional. Integrada por delegados de los sectores agrario, industrial y de servicios, electos por vía universal, directa y secreta. Obedecerá al principio general de la soberanía nacional.
Sus atribuciones serán: velar por la autonomía, el desarrollo y el respeto a los fines mexicanos, populares y humanos del interés nacional, normando, organizando y dirigiendo con eficiencia la infraestructura (energética, hidrológica, de comunicaciones y transportes terrestres, navales y aéreos), el territorio y los recursos naturales, el comercio y el intercambio con el exterior, la base científico-tecnológica, cultural, agraria y la distribución de la riqueza.
Sus órganos serán el Consejo Nacional de Energía, el Consejo de Ciencia y Tecnología, el Consejo de Economía y el Consejo Nacional Agrario. Serán constituidos en consulta de la Asamblea Nacional con la Asambleas del Pueblo y de la Soberanía Social. Su composición interna, su dirección y funciones generales serán reglamentadas tomando como base los principios de la triple soberanía y del nuevo estado.
b. La Asamblea del Pueblo.
Observación. La soberanía popular se sustenta en:
§ El pueblo, base de la soberanía popular, conjunto organizado que aglutina a los sectores de trabajadores.
El concepto “fuerza de trabajo”, usado para uniformar en abstracto a la clase obrera, deja hoy su lugar al trabajo instruido, en activo y pensionado, determinado y concertado de actividades distintas: por sectores (industrial, agrario y servicios, con sus divisiones por rama), por estudios y profesiones (en funciones civiles, productivas, administrativas, científicas, culturales y humanistas), por planos horizontales operativos y técnicos (supervisión, mantenimiento, control, gestión, dirección, administración y planeación).
Actualmente, la descomposición del mercado de trabajo, manifiesta en el desempleo ilustrado, el trabajo informal y de sobrevivencia, se acompaña de la “transferencia” entre profesiones, hecha posible por el impacto de las nuevas tecnologías y procedimientos en el ejercicio del trabajo.
En todo caso, el trabajo conceptual, teórico y culto se perfila en el futuro. La unidad artificial dará paso a la unidad basada en el respeto a las formas de trabajo y la vida concreta de los trabajadores. Incluidos los oficios, la actividad inventiva, teórica, experimental y artística.
La soberanía popular, por tanto, no será un concepto vacío ni la población indiferenciada, sino la integración colectiva de los grupos de trabajo, con principios, derechos y formas institucionales definidos.
§ La propia organización de la soberanía basada en principios constitucionales y normada jurídicamente.
§ La totalidad del ciudadano, a cuya concepción como unidad política se agrega la posición social, rescatándolo de la abstracción atomista electoral. Su igualdad política universal se fusionará con su concreción particular proveniente de su posición en el trabajo.
§ La democracia de los trabajadores que abarca: 1) la participación ciudadana de opinión y acción en todos los asuntos e instancias nacionales, y la gestión conjunta en los asuntos públicos, interviniendo en la toma de decisiones y la dirección de las unidades productivas y civiles; 2) la democracia para generar modos de vida basados en la humanización de las necesidades y la convivencia; y 3) la democracia en la representación del trabajo.
§ El principio de coordinación, basado en los compromisos y la responsabilidad de las fuerzas sociales sustentadas en la soberanía y ajenas a todo autoritarismo.
§ La elevación de la política a la acción de principios orientada a afirmar, reformar o transformar la organización y los fines de la sociedad. La libertad política, rescatada del Estado, el partido y los grupos de presión, dará fin al autoritarismo, el burocratismo y la manipulación.
§ Una nueva época política de México apoyada en los principios de su democracia estará basada en: 1) la democratización del ejercicio de la soberanía popular; 2) la garantía de los derechos humanos, que también son base de la acción política liberada de cualquier control; 3) la libre representación política y un modo de vida basado en la solución de las necesidades económicas, civiles y culturales de los mexicanos; 4) la vigencia del principio de la no reelección en todas las instancias de la vida colectiva; y 5) la promoción de la educación, la participación y la intervención política de todos los mexicanos en la vida nacional, pública y civil.
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La institución estatal que coordine estos asuntos será la Asamblea del Pueblo. Estará integrada por delegados electos por los Consejos Populares de todo el país, compuestos por los ciudadanos-trabajadores. Su principio fundamental será la soberanía del pueblo.
La autonomía de organización, la intervención universal de los ciudadanos en los asuntos políticos y la supervisión democrática, normadas públicamente, serán sus formas de acción.
Sus atribuciones serán determinar la normatividad, la organización y dirección para conservar y engrandecer la vida personal, civil y política del pueblo mexicano.
Sus órganos básicos serán los Consejos Populares, integrados por población y territorio, con pluralidad de formas de trabajo que enriquezcan su pensamiento y sus decisiones.
La sociedad conservará su derecho a formar organismos civiles, asociaciones personales y corrientes políticas.
Plataforma del México Nuevo
Severo Iglesias
La nueva organización social
Observación: el industrialismo capitalista relegó la vida natural y política para privilegiar la civilización y la riqueza con la fachada del individualismo. Por su parte, el productivismo socialista supuso que, al expropiar los medios de producción privados, la sociedad tomaría mecánicamente una forma nueva.
La organización y los fines expresados en los hábitos, las costumbres, el derecho, las aptitudes, las libertades y los modos de vida humanos, en sus variadas dimensiones y planos, tuvieron poca atención. Por lo pronto, sin dar marcha atrás enla conquista de la libertad contenida en los derechoshumanos y del trabajo, y sin pretender hacer profecías ni elaborar un modelo, el México nuevo no puede omitir este asunto. Su base es el avance histórico de México. Exigencias sociales, humanas y de conveniencia económica ya no admiten el comunitarismo arcaico, el individualismo puro, ni el organicismo fascista.
El primero es un nexo natural, no voluntario, adaptable a medios culturales y de civilización de bajo desarrollo. El segundo justifica el sacrificio de la comunidad al egoísmo. El tercero asigna funciones fijas y especiales a los grupos sociales para conservar el cuerpo social sin cambiarlo.
En particular, los resultados de la asociación simple son la ayuda mutua, la cooperación y la colaboración recíproca, que conservan la escisión entre sus componentes. En ella el intercambio no funda conexiones universales que propulsen la vida general, ni tampoco excluye la competición entre sus miembros; su unidad tiende a lograrse por pacto rescindible o el mando del protagonista, el tirano o el caudillo. Y debe aclararse: la escisión entre la dirección y la base no desaparece en la asociación, aunque ésta sea el “cerebro colectivo” propuesto por el espartaquismo mexicano.
Recuérdese que en la concepción liberal lo común es lo particular multiplicado, y que, en contraposición, en la sociedad civil de Rousseau es asociación de individuos que deben renunciar a su interés particular para subordinarse a la voluntad común. Sólo si en cada ser humano germinan las formaciones internas para generar saber y ejercer la praxis (no para recibirlo y usarla). Lo común deja de pertenecer a una minoría o ser un medio de poder.
Deslindar lo común y lo constitutivo-colectivo como base impulsora de la vida personal, individual y grupal, es el primer paso.
La formación común
Lo común exhibe los siguientes contenidos:
§ Como formación humana tiene por sí características generales propias, que son portadas también por cada miembro de la sociedad.
§ Se deposita en: (a) el tejido social gestado por la interconexión universal de acciones, opiniones y comportamientos, base para desarrollar la vida social extrauterina, de donde nace, además, un sistema de obligaciones y derechos comunes y válidos para todos que condiciona los contratos o acuerdos privados entre individuos; (b) La convención o acción conjunta que conduce a un mismo fin y constituye una totalidad colectiva donde hacen su vida los individuos (el plano de la nación, el pueblo, la clase), y que llena los “vacíos” sociales entre las personas, similar al valor económico que resana los intersticios del intercambio general; y (c) lacondición pública o interés inenajenableque, por sí, hace posible a toda persona adquirir sin exclusión los medios suficientes para vivir; sin los cuales, aislada, no podría hacer su existencia autónoma.
La formación común tiene dos condiciones:
§ Una: la totalidad de bases de existencia que son atributos de la humanidad y de cada ser humano: el bagaje natural de instintos, inclinaciones y reacciones; los fundamentos de la vida erigida por la especie (la libertad, la racionalidad y los valores); las formaciones internas de la humanidad (las aptitudes para existir, actuar y pensar; las facultades para entender, captar el mundo con la experiencia y la voluntad para actuar con propósitos propios; las capacidades generales de pensar y de actuar, tales como reflexionar, abstraer, ordenar, planear; y las habilidades del trabajo manual, intelectual y artístico).
§ Dos: los avances y ventajas de la sociedad moderna:lo común no es producto estandarizado, es plexo social diferenciado que no puede subsistir separado de las formaciones ideológicas, políticas, jurídicas, culturales, productivas, tecnológicas, educativas, jurídicas y militares. En dicho centro se funda la agrupación.
En conclusión, desde esta óptica, la clásica oposición liberal entre las personas y la sociedad queda atrás. Lo común es atributo humano afianzado en la correspondencia de las formaciones nacionales con las sociales; en la totalidad histórica de fuerzas y formaciones de un país; en la totalidad de principios constitucionales; y en la totalidad pública, que desprende fuerzas para enriquecer la vida humana, nacional y social. No es un resultado de la fuerza estatal.
La formación constitutivo-colectiva
Superados el comunitarismo, el asociacionismo y el organicismo, la sociedad puede adoptar la formación constitutivo-colectiva. Tal formación porta las conexiones sociales siguientes:
§ La de interés común. La conexión del interés común es la del pueblo: totalidad social que agrupa a quienes tienen un modo de vida, costumbres, intereses, lenguaje, cultura y conciencia que unen y a la vez propician diferencias.
§ La institucional funcional. Integrada con las instituciones y sus funciones con las que la sociedad se conserva y reproduce: producción, mercado, consumo, educación, salud, seguridad, etc. La estructura funcional se compone de obras y acciones permanentes normadas jurídicamente, con interés y servicio público y con personal capacitado. Su fin es responder a las necesidades generales con eficiencia elevada.
§ Laformación colectiva. Reúne en conexión de unidad y contraposición a los conjuntos sociales particulares trenzados por sus principios constitutivos y por su actuación en torno a un fin unitario. Su forma inmediata son los sectores industrial, agrario, comercial, de ciencia, tecnología y cultura, con sus funciones sociales. No se contrapone a las demás conexiones, las condiciona y les asigna objetivamente su lugar en la constelación de actividades. Aun la individual-social es compatible con ella. En esta conexión, los miembros de los conjuntos colectivos, aun separadamente, uno a uno, pueden portar a las fuerzas comunes y su vida no es segmentada como en la conexión orgánica. Es diferenciada, es decir, que su unidad no surge en la sumatoria de átomos ni en la imposición totalitaria, sino que radica en las fuerzas distintas depositadas en ellos. Sin la tentación totalitaria, la formación colectiva puede coexistir conla asociativa. Expresada esta última en la ley, su sentido propio es la vida “compartida”, en la que cada individuo es parte, “participa” en algo, no es la totalidad y requiere a lo común.
El carácter colectivo tampoco se contrapone al personal. La dignidad, o sea, el resguardo de validez propio de cada quien, se hace patente en cada existencia. La incorporación a la vida común, por tanto, no ha de ser adaptación forzada, cooperación eventual o competición agresiva, sino integración racional. Por eso, disfrazar la competencia de “emulación” es remozar la vida burguesa, cuyas formaciones humanas comunes, nacionales e históricas yacen en la enajenación. Se olvida que con la formación colectiva la vida de cada ser humano ya no se mide comparada con su doble exterior, sino por el ejercicio de su existencia y la constitución de su propio destino.
§La formaciónconstitutivatiene carácter político-histórico. Concierta las fuerzas del pueblo, la nación o la clase; sobre su base, como agrupación de hombres libres, se levanta la praxis de una revolución que establece los principios de una nación. En este caso, la agrupación no es simplemente “social”; también expresa las fuerzas y las tendencias históricas que objetivamente abren el porvenir e irradian nuevos rumbos, fines y modos de actuar. Si adopta la dirección central profesional y la disciplina mecánica, el saber referente al devenir histórico es sustituido por la doctrina, la ciencia o el programa. Entonces no hay garantía de que la agrupación obre de acuerdo con las fuerzas sociales originarias. Acaba por imponerse.
En síntesis: al liberar del control a la totalidad, la sociedad aflora su soberanía des-cubriendo sus fundamentos y su praxis. Sustentada en las formaciones humanas, históricas y nacionales, la sociedad puede constituir el modo colectivo con los modos de conexión del interés común, el institucional funcional y el asociativo.